Descripcion
El Rolls-Royce Silver Seraph, lanzado en 1998, representa una de las últimas joyas de Rolls-Royce bajo la tutela de Vickers antes de la adquisición por BMW. Este modelo es significativo ya que marca la transición hacia un nuevo milenio para la emblemática marca británica. Producido hasta 2002, el Silver Seraph se construyó en la icónica planta de Crewe, Inglaterra, y fue el primer modelo de la marca en utilizar un motor de origen BMW, específicamente un V12 de 5.4 litros, que entregaba una potencia de 326 caballos, proporcionando una conducción suave y silenciosa, fiel al legado de Rolls-Royce.
El diseño del Silver Seraph exhibe una elegancia atemporal, con líneas clásicas y un exterior que refleja el lujo y la sofisticación. El interior es un testimonio del artesanado británico, con acabados en cuero de la más alta calidad, inserciones de madera noble y una atención al detalle inigualable. La experiencia de conducción es mejorada por una transmisión automática de cinco velocidades que asegura una operación sin esfuerzo.
Este modelo no tuvo diferentes generaciones, ya que su producción fue limitada a un ciclo único, lo que incrementa su exclusividad y atractivo entre los coleccionistas. A pesar de no haber recibido premios específicos, el Silver Seraph es muy apreciado por su refinamiento y por ser la última berlina de Rolls-Royce antes de la separación de las marcas Rolls-Royce y Bentley.
En el mercado, el Silver Seraph se destacó por su lujo incomparable y su impecable ingeniería, consolidándose como un símbolo de estatus y sofisticación. Hoy, sigue siendo una pieza codiciada en el mundo de los coches de colección, representando un capítulo crucial en la historia de Rolls-Royce.
El diseño del Silver Seraph exhibe una elegancia atemporal, con líneas clásicas y un exterior que refleja el lujo y la sofisticación. El interior es un testimonio del artesanado británico, con acabados en cuero de la más alta calidad, inserciones de madera noble y una atención al detalle inigualable. La experiencia de conducción es mejorada por una transmisión automática de cinco velocidades que asegura una operación sin esfuerzo.
Este modelo no tuvo diferentes generaciones, ya que su producción fue limitada a un ciclo único, lo que incrementa su exclusividad y atractivo entre los coleccionistas. A pesar de no haber recibido premios específicos, el Silver Seraph es muy apreciado por su refinamiento y por ser la última berlina de Rolls-Royce antes de la separación de las marcas Rolls-Royce y Bentley.
En el mercado, el Silver Seraph se destacó por su lujo incomparable y su impecable ingeniería, consolidándose como un símbolo de estatus y sofisticación. Hoy, sigue siendo una pieza codiciada en el mundo de los coches de colección, representando un capítulo crucial en la historia de Rolls-Royce.