Rolls-Royce Phantom II
Id marca:
33
Anyo inicio:
1929
Anyo fin:
1936
Descripcion
El Rolls-Royce Phantom II, lanzado en 1929, representa uno de los hitos más significativos en la historia de la automoción de lujo. Este modelo llegó como sucesor del Phantom I y fue producido hasta 1936. Diseñado bajo la dirección del legendario Henry Royce, el Phantom II fue el último Rolls-Royce desarrollado bajo su supervisión directa antes de su fallecimiento.
El Phantom II se distingue por su chasis más bajo y su motor de seis cilindros en línea de 7.7 litros, que ofrecía una potencia más refinada y un rendimiento superior en comparación con su predecesor. Este motor, combinado con una transmisión manual de cuatro velocidades, proporcionaba una experiencia de conducción excepcionalmente suave y silenciosa, características distintivas de la marca. Además, el Phantom II introdujo mejoras significativas en la suspensión con un sistema de ballestas semielípticas en ambos ejes, lo que mejoró notablemente el confort de marcha.
El diseño del chasis permitió a los carroceros de la época, como Park Ward, Hooper y Barker, crear carrocerías personalizadas que variaban desde limusinas hasta descapotables, lo que subrayaba el estatus del Phantom II como un símbolo de lujo y exclusividad.
A nivel de mercado, el Phantom II consolidó la reputación de Rolls-Royce como fabricante de los "mejores coches del mundo". Este modelo fue especialmente popular entre la realeza y las élites de la época, convirtiéndose en un icono de estatus social. Aunque no fue objeto de premios formales en su época, su legado perdura en el reconocimiento continuo de su calidad artesanal y su impacto en el diseño automotriz.
En resumen, el Rolls-Royce Phantom II no solo es un testimonio del ingenio de Royce, sino también un emblema de la excelencia automotriz que ha dejado una huella imborrable en la historia del automóvil.
El Phantom II se distingue por su chasis más bajo y su motor de seis cilindros en línea de 7.7 litros, que ofrecía una potencia más refinada y un rendimiento superior en comparación con su predecesor. Este motor, combinado con una transmisión manual de cuatro velocidades, proporcionaba una experiencia de conducción excepcionalmente suave y silenciosa, características distintivas de la marca. Además, el Phantom II introdujo mejoras significativas en la suspensión con un sistema de ballestas semielípticas en ambos ejes, lo que mejoró notablemente el confort de marcha.
El diseño del chasis permitió a los carroceros de la época, como Park Ward, Hooper y Barker, crear carrocerías personalizadas que variaban desde limusinas hasta descapotables, lo que subrayaba el estatus del Phantom II como un símbolo de lujo y exclusividad.
A nivel de mercado, el Phantom II consolidó la reputación de Rolls-Royce como fabricante de los "mejores coches del mundo". Este modelo fue especialmente popular entre la realeza y las élites de la época, convirtiéndose en un icono de estatus social. Aunque no fue objeto de premios formales en su época, su legado perdura en el reconocimiento continuo de su calidad artesanal y su impacto en el diseño automotriz.
En resumen, el Rolls-Royce Phantom II no solo es un testimonio del ingenio de Royce, sino también un emblema de la excelencia automotriz que ha dejado una huella imborrable en la historia del automóvil.