Descripcion
El Bentley Turbo R, lanzado inicialmente en 1985, representa un capítulo significativo en la historia de la prestigiosa marca británica Bentley. Este modelo se concibió como una evolución del Mulsanne Turbo, combinando lujo y rendimiento en un sedán de alto nivel. La "R" en su nombre, que significa "Roadholding", destaca las mejoras en la suspensión y estabilidad, haciendo de este vehículo una obra maestra de la conducción.
Durante sus doce años de producción, el Turbo R experimentó diversas actualizaciones, pero mantuvo su esencia de combinar potencia y refinamiento. El motor V8 de 6.75 litros, con un turbocompresor Garrett, ofrecía aproximadamente 300 caballos de fuerza, un logro notable para su época, permitiendo una aceleración impresionante para un vehículo de su tamaño y peso. Las mejoras en la suspensión, que incluían un sistema independiente con amortiguadores más firmes, marcaron la diferencia respecto a sus predecesores, ofreciendo una conducción más deportiva sin comprometer el confort.
El diseño exterior del Turbo R, sin dejar de ser fiel a la elegancia clásica de Bentley, incorporó detalles más agresivos como llantas de aleación más anchas y un alerón discreto, mientras que el interior ofrecía el máximo lujo con cuero de alta calidad y maderas nobles.
El Bentley Turbo R fue aclamado por su capacidad de combinar el lujo tradicional con un desempeño deportivo, lo que lo convirtió en un símbolo de estatus durante su producción. Aunque no ganó premios significativos, dejó una huella perdurable en el mercado de coches de lujo, consolidando la reputación de Bentley como fabricante de vehículos que no solo son opulentos, sino también excitantes de conducir. Su legado persiste como un referente de la ingeniería automotriz británica de finales del siglo XX.
Durante sus doce años de producción, el Turbo R experimentó diversas actualizaciones, pero mantuvo su esencia de combinar potencia y refinamiento. El motor V8 de 6.75 litros, con un turbocompresor Garrett, ofrecía aproximadamente 300 caballos de fuerza, un logro notable para su época, permitiendo una aceleración impresionante para un vehículo de su tamaño y peso. Las mejoras en la suspensión, que incluían un sistema independiente con amortiguadores más firmes, marcaron la diferencia respecto a sus predecesores, ofreciendo una conducción más deportiva sin comprometer el confort.
El diseño exterior del Turbo R, sin dejar de ser fiel a la elegancia clásica de Bentley, incorporó detalles más agresivos como llantas de aleación más anchas y un alerón discreto, mientras que el interior ofrecía el máximo lujo con cuero de alta calidad y maderas nobles.
El Bentley Turbo R fue aclamado por su capacidad de combinar el lujo tradicional con un desempeño deportivo, lo que lo convirtió en un símbolo de estatus durante su producción. Aunque no ganó premios significativos, dejó una huella perdurable en el mercado de coches de lujo, consolidando la reputación de Bentley como fabricante de vehículos que no solo son opulentos, sino también excitantes de conducir. Su legado persiste como un referente de la ingeniería automotriz británica de finales del siglo XX.