Descripcion
El Citroën B12, lanzado en 1925, representa uno de los primeros esfuerzos de André Citroën en la fabricación de automóviles con una estructura completamente metálica, marcando un avance significativo en la industria automotriz de su tiempo. Este modelo fue una evolución del Citroën B10, y se produjo hasta 1927.
El B12 se caracterizaba por su construcción innovadora, utilizando una carrocería toda de acero, lo que le proporcionaba una mayor durabilidad y resistencia en comparación con sus predecesores, que empleaban estructuras de madera. Esta innovación fue pionera en la industria automotriz europea, reflejando la influencia de las técnicas de producción en masa que Citroën había adoptado de Henry Ford.
Mecánicamente, el B12 estaba equipado con un motor de cuatro cilindros en línea de 1.452 cc, capaz de generar aproximadamente 20 caballos de potencia. Este motor le permitía alcanzar una velocidad máxima de 70 km/h, lo cual era notable para la época. La transmisión era manual de tres velocidades, ofreciendo una conducción sencilla y fiable.
En cuanto a su diseño, el Citroën B12 presentaba una estética elegante y funcional, con varias configuraciones de carrocería disponibles, incluyendo sedán, torpedo y furgoneta, lo que lo hacía versátil para diferentes usos tanto personales como comerciales.
La importancia del B12 en el mercado radica en su papel como precursor de los coches económicos y accesibles para una amplia gama de consumidores. Aunque no recibió premios formales, su diseño y accesibilidad contribuyeron a reforzar la reputación de Citroën como un innovador en la fabricación de automóviles.
En resumen, el Citroën B12 no solo fue un éxito comercial, sino también un hito en la evolución del diseño y la producción automovilística, estableciendo fundamentos que influirían en los futuros desarrollos de la marca.
El B12 se caracterizaba por su construcción innovadora, utilizando una carrocería toda de acero, lo que le proporcionaba una mayor durabilidad y resistencia en comparación con sus predecesores, que empleaban estructuras de madera. Esta innovación fue pionera en la industria automotriz europea, reflejando la influencia de las técnicas de producción en masa que Citroën había adoptado de Henry Ford.
Mecánicamente, el B12 estaba equipado con un motor de cuatro cilindros en línea de 1.452 cc, capaz de generar aproximadamente 20 caballos de potencia. Este motor le permitía alcanzar una velocidad máxima de 70 km/h, lo cual era notable para la época. La transmisión era manual de tres velocidades, ofreciendo una conducción sencilla y fiable.
En cuanto a su diseño, el Citroën B12 presentaba una estética elegante y funcional, con varias configuraciones de carrocería disponibles, incluyendo sedán, torpedo y furgoneta, lo que lo hacía versátil para diferentes usos tanto personales como comerciales.
La importancia del B12 en el mercado radica en su papel como precursor de los coches económicos y accesibles para una amplia gama de consumidores. Aunque no recibió premios formales, su diseño y accesibilidad contribuyeron a reforzar la reputación de Citroën como un innovador en la fabricación de automóviles.
En resumen, el Citroën B12 no solo fue un éxito comercial, sino también un hito en la evolución del diseño y la producción automovilística, estableciendo fundamentos que influirían en los futuros desarrollos de la marca.